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Antecedentes

En una esquina de la sucia ciudad industrial de Gary, Indiana, hay una pequeña casa de ladrillos revestidos de aluminio, con dos dormitorios y un baño. La propiedad, situada en el número 2300 de Jackson Street, tiene unos 30 metros de profundidad y 15 de ancho. No tiene garaje, jardín ni césped. Gruesas columnas de humo se elevan desde las fábricas de los alrededores impregnando la atmósfera de tal modo que, inevitablemente, quien respira ese aire siente un poco de náuseas. Joseph y Katherine Jackson, los padres de Michael, compraron esa casa en 1950 por 8.500 dólares, con un pago inicial de 500 dólares.
 
Joseph Walter Jackson nació el 26 de julio de 1929 en Fountain Hill, Arkansas. Hijo de Samuel y de Chrystal Jackson, era el mayor de cinco hijos. Una de sus hermanas, Verna, falleció a los siete años. Samuel, maestro de escuela, era un hombre estricto e inflexible, que educó a sus hijos con mano de hierro. No les permitía relacionarse con amigos fuera de casa. «La Biblia dice que las malas amistades echan a perder a la juventud», sostenía Chrystal. Un pariente recuerda que «Samuel Jackson amaba a su familia, pero era reservado y no era fácil acercarse a él. Pocas veces demostraba afecto a su familia. La gente lo malinterpretaba, creía que no tenía sentimientos. Los tenía, era sensible, pero no sabía cómo manejar esa sensibilidad. Joseph se parecería mucho a su padre, en más de un aspecto». Samuel y Chrystal se divorciaron cuando Joseph era un adolescente. Sam se mudó a Oakland, llevándose consigo a Joseph, mientras que Chrystal se trasladó con los demás hijos a East Chicago. Cuando Samuel se casó por tercera vez, Joseph decidió irse a Indiana con su madre y sus hermanos. Abandonó la escuela en el undécimo grado y se convirtió en boxeador en el Golden Gloves. Poco después conoció a Katherine Esther Scruse en una fiesta de su vecindario. Ella era una mujer menuda y bonita, y Joseph se sintió atraído por su personalidad afable y su cálida sonrisa. 
 
Katherine Esther Scruse había llegado al mundo el 4 de mayo de 1930 y había sido bautizada Kattie B. Scruse en homenaje a una tía de la rama paterna. (Cuando era pequeña, la llamaban Kate o Katie, y aún en la actualidad los más allegados la llaman así.) Kattie era hija de Prince Albert Screws (Scruse) y de Martha Upshaw. Había nacido en Barbour County –a pocos kilómetros de Russell County, Alabama, una zona rural donde habían vivido varias generaciones de su familia– cuando sus padres llevaban un año de casados. Luego, en 1931, tendrían otra hija, Hattie. Prince Scruse trabajó para el Seminole Railroad y también como productor de algodón en un campo arrendado, al igual que el abuelo de Katherine, y también el bisabuelo, Kendall Brown, quien cantaba todos los domingos en una iglesia de Russell County y había adquirido renombre por su voz. Alguna vez había sido esclavo de la familia Scruse de Alabama, cuyo apellido finalmente adoptó. Katherine recordaría más tarde: «La gente me decía que cuando las ventanas de la iglesia estaban abiertas, la voz de mi bisabuelo resonaba en todo el valle, por encima de cualquier otra. Entonces, me dije, que posiblemente lo lleváramos en la sangre». Cuando tenía dieciocho meses, Katherine contrajo poliomielitis, o parálisis infantil, como se la denominaba por aquel entonces. Aún no existía una vacuna contra la enfermedad, y muchos niños – como Verna, la hermana de Joseph– morían o quedaban gravemente lisiados a causa de ella. En 1934, Prince Scruse se mudó con su familia a East Chicago, Indiana, en busca de un empleo fijo. Trabajó en una fundición de acero y luego fue maletero en el ferrocarril central de Illinois. En menos de un año, Prince y Martha se divorciaron; Martha se quedó en East Chicago con sus hijas pequeñas.
 
A raíz de la poliomielitis, Katherine se volvió una niña tímida e introvertida, que con frecuencia era blanco de las burlas de sus compañeros de escuela. Su vida transcurría entrando y saliendo de los hospitales. No pudo terminar la escuela secundaria y más tarde obtuvo su título asistiendo a cursos para adultos. Utilizó muletas y otros aparatos hasta los dieciséis años. Aún hoy cojea al caminar. Sus recuerdos positivos de la infancia se relacionan con la música. Ella y su hermana, Hattie, crecieron escuchando programas de música country en la radio y admirando a estrellas como Hank Williams y Ernest Tubbs. Fueron integrantes de la banda de la escuela primaria, de la orquesta de la escuela secundaria y del coro. Katherine, que también cantaba en la iglesia bautista, soñaba con hacer una carrera en el mundo del espectáculo, primero como actriz y luego como vocalista.

 
Katherine se enamoró de Joseph en cuanto lo vio. Él estaba casado pero su matrimonio sólo duró un año. Después del divorcio, Katherine comenzó a salir con Joseph y poco después se comprometieron. Ella estaba fascinada, cautivada por su carisma, seducida por su encanto, su belleza y su poder. Él era un hombre dominante y ella se sintió protegida. Disfrutaba de sus historias, le hacían gracia sus bromas. Sus ojos eran grandes, muy separados y de un color avellana, casi dorado, que ella jamás había visto. Cada vez que lo miraba a los ojos, según ella misma comentaba, se sentía embelesada, y eso la hacía feliz. Como ella misma dice: «Estaba loca de amor». Katie y Joseph eran opuestos en muchos aspectos. Ella era suave. Él era rudo. Ella era razonable; él, explosivo. Ella era romántica. Joseph era pragmático. Sin embargo, había química entre ellos. Los dos sentían pasión por la música: él tocaba blues con su guitarra; ella era una fan de la música country que tocaba el clarinete y el piano. Durante su noviazgo, en las frías noches de invierno, se acurrucaban para cantar villancicos de Navidad. A menudo lo hacían a coro, armonizando la voz de Joseph con el hermoso timbre de soprano de Katherine. Michael Jackson siempre sintió que había heredado de su madre la habilidad para el canto. Recordaba que siendo muy pequeño, Katherine lo sostenía en sus brazos mientras cantaba temas como «You Are My Sunshine» y «Cotton Fields». Joseph, de veinte años, y Katherine, de diecinueve, se casaron ante un juez de paz el 5 de noviembre de 1949, en Crown Point, Indiana, después de seis meses de noviazgo. Katherine había padecido el divorcio de sus padres y el hecho de haber crecido en un hogar de padres separados. En consecuencia, se prometió que cuando encontrara marido permanecería a su lado en cualquier circunstancia. Pero Joseph no parecía ser motivo de preocupación: la trataba con respeto y le demostraba total consideración. Ella disfrutaba de su compañía; nadie la había hecho reír tanto. Y, lo más importante, había un formidable vínculo sexual entre ellos. Estaban enamorados, eran compatibles e hicieron que todo funcionara bien.

 
Los recién casados se instalaron en Gary, Indiana. Su primera hija, Maureen, apodada Rebbie, nació el 29 de mayo de 1950. El resto de la prole llegó en una rápida sucesión. El 4 de mayo de 1951, el mismo día en que Katherine cumplió veintiún años, dio a luz a Sigmund Esco, apodado Jackie. Dos años más tarde, el 15 de octubre de 1953, nació Tariano Adaryl, al que apodaron Tito. Luego vino Jermaine LaJuane, el 11 de diciembre de 1954; LaToya Yvonne, el 29 de mayo de 1956; Marlon David, el 12 de marzo de 1957 (fue uno de dos mellizos prematuros; el primero, Brandon, falleció veinticuatro horas después de nacer); Michael Joseph, el 29 de agosto de 1958 («con una cabeza rara, grandes ojos marrones y largas manos», dijo su madre); Steven Randall "Randy", el 29 de octubre de 1961, y por último Janet Damita Jo, el 16 de mayo de 1966. 
 
Fuentes: 
Michael Jackson - La Magia Y La Locura (La historia completa).

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